
De la mano de Antonio
Rodríguez Menéndez las aulas se han llenado de jóvenes personas libro.
Una pequeña
revolución íntima, una oportunidad para elegir la palabra justa, la palabra
adecuada y ofrecerla; un tiempo y un espacio para compartirla, un pacto para
defender la palabra como derecho y entregarla como chocolate fundido, desde las
yemas de los dedos, con la mirada, con el sentido justo, sin colonizar,
entregándola en el encuentro.

Desde el lunes estamos viviendo en Villasana de Mena este acercamiento a la palabra vinculada y convirtiéndonos en personas libro. Jóvenes personas libro en el Instituto y en la escuela; personas libro entre los profes de ambos centros y de otras localidades, entre las asociaciones y el mundo cultural, entre familias, entre curiosos, entre todos.